¿Sufres de mal olor en las axilas?

El mal olor axilar es un trastorno bastante común, que en algunas personas se torna incontrolable por diversas razones. Una de éstas se atribuye al desarrollo de un mayor número de glándulas sudoríparas, mejor conocidas como apocrinas.

Según los dermatólogos, las glándulas apocrinas generan un sudor más fuerte y más pegajoso de lo habitual, que al entrar en contacto con bacterias patógenas causan el problema.

Los médicos naturistas señalan que a pesar de que la transpiración cutánea es inodora, se modifica según la edad, el sexo, la genética y el consumo de ciertos alimentos.

El ajo, la cebolla, los condimentos fuertes y las carnes rojas tienden a producir mal sudor; mientras que los vegetales verdes y las comidas ricas en magnesio, como el aguacate y los plátanos, ejercen una función neutralizadora.

A pesar de que el mal olor en las axilas mejora con una buena higiene, en ocasiones persiste por factores como la obesidad, la diabetes, los cambios hormonales o la ingesta de algunos medicamentos.

En cualquier caso, los expertos coinciden en que la condición se controla con mucha disciplina en cuanto a la higiene. Hay que usar jabones antisépticos, lavar muy bien la ropa, depilarse constantemente las axilas y aplicarse un desodorante con efecto prolongado.

Cada cierto tiempo es aconsejable hacer una limpieza profunda en las axilas con sustancias naturales como el bicarbonato de sodio, la arcilla, el carbón vegetal, la leche de magnesia o la piedra de alumbre, con el fin de sacar la piel muerta y desintoxicar la zona.

Los especialistas advierten que no existe una fórmula específica para abordar el problema, sin embargo, hay que probar qué funciona en cada individuo.

Si el mal olor o la sudoración excesiva afectan la rutina diaria, es recomendable acudir a un especialista. En casos graves y aislados, la molesta condición conlleva la ejecución de tratamientos especializados con cirugías con láser.

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