¿Adicciones en cuarentena?

Allí donde la ansiedad, el aburrimiento y el ocio tienen espacio, hay un lugar seguro para recurrir al uso excesivo de ciertas sustancias. En muchos países, la ingesta de bebidas alcohólicas aumentó en más de un 50% durante la pandemia. Pareciera que las necesidades frustradas y las emociones desagradables, están siendo desplazadas por estimulantes que procuran un falso bienestar. Los expertos aseguran que detrás del abuso de sustancias, está la anestesia del dolor emocional y de los conflictos no resueltos.  

En el encierro estamos más propensos a que aumente el consumo de café, chucherías, refrescos, sedantes, fármacos o cigarrillos, pero hay que prestar atención a estas conductas, porque producen cambios en el cerebro que elevan el deseo de consumir más. En la fase de dependencia, se experimentan comportamientos compulsivos y síndrome de abstinencia, así como dolores de cabeza, nerviosismo e insomnio. 

El peligro de la dependencia es que se asemeja al consumo de drogas, porque produce una sensación de alivio o de placer inmediato. En este círculo vicioso puede surgir un cuadro adictivo, en donde el cuerpo pida más y más. La adicción, es una enfermedad neurológica que impide abandonar el objeto de deseo, el cual causa daños a la salud. 

Controlar el consumo compulsivo durante la pandemia es posible, siempre y cuando, las personas practiquen el autocuidado en casa. Los expertos en psicología Gestalt, nos hablan de vivir en función al ciclo de contacto. Según esta teoría, si se toma consciencia del organismo, de sus necesidades, de sus conflictos, de las emociones abrumantes y se hace algo para satisfacerlo, el cuerpo se autorregula. No hay que irse por el camino de la resistencia, aseguran.

En el plano experiencial, si una persona solía hacer ejercicios antes de la cuarentena y ahora se queda anclada en la frustración, podría cambiar un hábito sano por uno tóxico. De la misma manera, la gente se acostumbra a dormir poco, a tomar ansiolíticos, pero no saben por qué no duermen ni qué sienten, entonces el camino más fácil, el de la evasión, se vuelve tentador. Mientras tanto, una cantidad de necesidades y emociones no atendidas, se van gestando. 

Desde lo práctico, es importante reducir todo lo que se consume en cantidad. Hacer una jarra de café en las mañanas o ir al mercado y comprar varios refrescos, solo garantizará ir por más. Todos tenemos la capacidad de hacer contacto con nuestro mundo interno y de vivir en una inserción creativa con el ambiente. La autorregulación organísmica es, sin duda, una práctica sencilla que ayuda a mantenerse sano. 

En tiempos de cambios, la resistencia no es buena consejera, volverse dependiente tampoco, van 590.000 fallecidos en el mundo por el Covid-19. Quizás, la mejor medicina es comprender que no debemos delegar la responsabilidad de la salud a cosas externas.