11 Jul Salud psicocorporal en confinamiento
En los países en donde la pandemia se salió de control, más de la mitad de la población, según encuestas, presentan rasgos de depresión, tristeza o ansiedad. En los resultados se evidencia que la falta de contacto físico, está influyendo negativamente en los niveles de estrés. Esto ocurre porque la piel está ligada a la psiquis y al sistema nervioso.
La ciencia ha venido demostrando que el sentido del tacto está totalmente vinculado a la vitalidad, al estímulo sexual, a la regulación de la respiración, del ritmo cardíaco y al estado emocional. Mientras un abrazo, una palmada en la espalda o un pellizco alivian el estrés, la ausencia del contacto alimenta la sensación de soledad e influye negativamente en la superación de cualquier dolencia o enfermedad.
Los estudios aseveran que en el confinamiento hay que seguir fomentando la conexión con los afectos, y aunque la tecnología no reemplaza el calor humano, es la herramienta que hay para tocar a los demás con las palabras. El hambre de piel, llamada así por algunos especialistas, impide la segregación de serotonina, dopamina y oxitocina en el organismo, hormonas que aportan felicidad, energía y bienestar general.
El contacto físico que conocemos supone la presencia de otra persona, pero en el contexto que vivimos, los especialistas en técnicas corporales aconsejan estimular al cuerpo. Hacer actividades que hagan sentir placer, como bailar, hacer ejercicios, caminar o moverse a cualquier ritmo sin exigencias en casa. Las estadísticas revelan que un elevado porcentaje de pacientes que sufren de depresión o ansiedad, tienen una relación casi nula con el placer.
Mientras la energía del movimiento origina un efecto liberador, la inacción y el encierro equivale a no sentirse vivo, por ello, es menester tomar conciencia del cuerpo y atender sus necesidades durante el confinamiento. Moverse es analgésico, oxigena el cerebro, libera el flujo de sangre, fortalece el sistema inmune y alivia tensiones tanto musculares como psíquicas.
Ahora mismo, el riesgo de enfermarse afecta más a los adultos mayores y a las personas que pasan la cuarentena en completa soledad. Otra recomendación es estimular los sentidos: tomar infusiones aromáticas, cantar, encender un incienso, escuchar música, reírse a carcajadas o hacerse un automasaje. La intención es producir bienestar, mantenerse positivo y no perder la vitalidad.
El movimiento físico no es compatible con la tensión emocional y esa es la razón por la cual, la expresión corporal es tan saludable. Recuerda que la pandemia continúa su curso, pero los seres humanos tenemos el vehículo de la conciencia para reinventarnos. Reserva espacios en tu rutina que te alejen de los estímulos desagradables, dolorosos y destructivos. Si consideras que necesitas asistencia, no dudes en acudir a un especialista.