Salud Mental en Cuarentena

La Organización Mundial de la Salud asegura que luego de permanecer varios días en el encierro, es normal que una persona comience a sentir efectos psicológicos negativos, por lo tanto, la humanidad se enfrenta a un gran desafío: vivir el día a día en un confinamiento indefinido conservando la salud mental y emocional. Los cambios en el estilo de vida, el distanciamiento físico, las presiones económicas y las limitaciones externas, son factores que perturban la higiene mental con mucha facilidad.  

La salud mental está asociada a la forma de afrontar la vida, a la relación que se establece con el entorno, a los niveles de tolerancia y a la capacidad de procurarse estados de bienestar a pesar de las circunstancias. No es fácil pensar en positivo después de tantos meses en confinamiento, porque a la mente le cuesta estar en armonía ante una situación que no le parece agradable ni digerible. De manera que los cuadros ansiosos asociados al estrés, a la depresión, al miedo y a los ataques de pánico, van en aumento.

El encierro mal canalizado puede ser peligroso, sobre todo si la persona se deja abrumar por los pensamientos fatalistas. Factores como el exceso de noticias, la monotonía y el contacto permanente con las redes sociales, son altamente perjudiciales para la salud mental. No es sano vivir en torno a la pandemia, es necesario construir una realidad paralela y establecer nuevas rutinas para mantener la mente distraída y ocupada.

Otro escenario que compromete la salud mental es el miedo a infectarse, cada día más personas aseguran tener todos los síntomas del covid-19 sin estar realmente contagiados; se trata de un cuadro psicosomático que aparece cuando alguien está muy expuesto al virus, pero también se alimenta de informaciones falsas y rumores. En efecto, todos podemos contraer la afección, sin embargo, esto es posible bajo unas condiciones mínimas de riesgo, de manera que si una persona está en cuarentena y se protege, la posibilidad de enfermarse disminuye significativamente. 

El cerebro, a su vez, tiene una relación muy estrecha con el sistema digestivo, en cuarentena es común perder el apetito, tener cólicos, diarrea y ardor de estómago, todo esto como consecuencia de la aparición de estados mentales ansiosos. Lo aconsejable es recibir ayuda terapéutica pero si no se cuenta con este recurso, la solución no es retraerse, sino hablar, expresar emociones y mantener el contacto virtual con familiares, vecinos y amigos. Debemos recordar que lo que no se exterioriza, se convierte en enfermedad.

Afrontar adecuadamente la cuarentena extendida es posible. Evite el consumo excesivo de bebidas alcohólicas, medicamentos y ansiolíticos, busque ser creativo en casa, mantenga rutinas de higiene, sueño y esparcimiento, procure mantenerse positivo y sentirse productivo. El confinamiento, ahora mismo parece no tener fin, por cual toca hacer cambios, adaptarse y preservar la salud integral. 

En Laboratorios Kimiceg, nos sentimos comprometidos con tu salud y la de tu familia.