¿Qué pasa con tu salud cuando no tomas agua?

Aunque las personas saben que la ingesta de agua es indispensable para preservar el bienestar físico, cientos de individuos padecen de estreñimiento, dolores de cabeza, infecciones urinarias y otras dolencias comunes debido a la inadecuada hidratación en su rutina diaria.

Los médicos aseveran que la deshidratación produce múltiples alteraciones y enfermedades tanto leves como crónicas.

De la ingesta de agua dependen todas las funciones básicas de la especie humana, en este sentido, la lubricación de las mucosas, de los pulmones, de la columna vertebral, la regulación de la sed y de la temperatura corporal.

El vital líquido también hace posible la absorción de los nutrientes, la digestión y la expulsión de los desechos a través del sudor, las heces y la orina.

Desde el punto de vista neurológico, el agua es el principal componente del cerebro. Cuando una persona consume poco líquido, la habilidad cognitiva se debilita, ocasionando desconcentración, problemas de memoria y dificultad para mantener el pensamiento lógico.

Según los gastroenterólogos, el déficit de fluidos en el cuerpo es igual a estreñimiento. La materia fecal saludable es 75% acuosa y 25% sólida. Sin agua las heces se endurecen y el paciente no logra evacuar con regularidad.

Los urólogos explican que la cistitis crónica, a menudo, se vincula con la baja ingesta de líquidos. Sin suficiente humedad, las bacterias dañinas se alojan en el tracto urinario causando infecciones recurrentes.

El principal síntoma de la deshidratación es la resequedad en las mucosas, en los ojos, en la boca, en los labios y hasta en la nariz. Otra clara señal es orinar muy poco y además, turbio.

El agua representa en promedio el 60% de la masa corporal de una persona adulta. Tomar al menos litro y medio del vital líquido al día, es garantía de vitalidad y de energía. Además, se previene la aparición de cálculos renales, la retención de líquido y la inflamación de las extremidades.