¿Parásitos intestinales?

Si algunos huéspedes están alojados en tu estómago o en tu intestino, es muy probable que te diagnostiquen algún tipo de anemia por deficiencia de hierro. Tú como paciente te preguntarás, si me alimento balanceadamente, por qué tengo un déficit nutricional. La respuesta es sencilla, los parásitos se alimentan de los nutrientes debilitando al organismo en su totalidad.

Cuando los parásitos se pegan de las paredes del estómago, producen cólicos, gases y dolor abdominal. Se trata de un cuadro generalizado que rara vez es suficiente para obtener un diagnóstico preciso, sin embargo, a través de una muestra de heces, el médico precisa qué tipo de agente patógeno está afectando tu salud y qué medicamentos tomar.

La diarrea crónica es uno de los síntomas más comunes de la parasitosis. La afección también produce trastornos en el apetito, mucha hambre o pocas ganas de comer, gases, dolor de cabeza y picazón alrededor del ano; en casos críticos, colitis y úlceras dolorosas. Las manifestaciones dependen del tipo de lombriz alojada, las hay de diferentes formas y tamaños, desde organismos diminutos hasta gusanos grandes que se ven a simple vista.

Los principales parásitos causantes de enfermedades intestinales se llaman protozoos y helmintos. Los primeros son microscópicos y se multiplican formando colonias, mientras que los segundos, son gusanos grandes y redondos que saltan a la vista. Estos invasores infectan el tracto gastrointestinal por llevarse las manos sucias a la boca, por comer carne mal cocida, vegetales mal lavados, agua contaminada o por la vía fecal oral.

Algunas hierbas medicinales de uso común como el ajo, el té de semillas de lechosa, la cúrcuma y el té de anís, sirven como complemento en un proceso de desparasitación, pero en caso de infección es necesario hacer un tratamiento farmacológico. Hay diversos medicamentos para tratar este tipo de enfermedades, uno de los más eficaces por su triple acción antiparasitaria y antibacteriana es el Metronidazol, que usado en combinación con otros antibióticos, combate también la popular bacteria Helicobacter pylori, causante de la gastritis.

La parasitosis es un problema de salud pública que suma muchos afectados de cualquier sexo y edad, por lo general, los más susceptibles son los más pequeños de la casa. La prevención principal tiene que ver con reforzar los hábitos de higiene en general, no obstante, la buena nutrición y un sistema inmunológico fortalecido, bloquean la acción de los parásitos en el organismo. Evita automedicarte y acude al médico.