Los riesgos de suspender la medicación

Son numerosas las causas por las cuales un paciente no cumple un tratamiento médico a cabalidad, una de ellas y la de mayor repercusión es el olvido; ¿Por qué no nos tomamos los medicamentos a la hora indicada?, ¿Por qué nos volvemos renuentes a seguir indicaciones al pie de la letra?

Los seres humanos acudimos a las medicinas cuando aparece una dolencia y solemos dejarlas  cuando parecemos estar mejor; esto se debe a que por naturaleza queremos mantenernos sanos, sin embargo, el cumplimiento de la prescripción médica es, sin dudas, la mayor garantía de salud ante la aparición de una enfermedad.

Las razones que conllevan a un paciente a abandonar un tratamiento son diversas: la falta de recursos económicos, el temor a sufrir efectos secundarios, la negación de la afección, no recibir los remedios de altos costos a tiempo, la falta de indicaciones claras sobre el consumo o cuando el individuo siente que no avanza.

Algunos mitos extendidos en personas de la tercera edad tienen que ver con el uso de métodos alternativos, sin embargo, está demostrado que la medicina científica juega un papel fundamental en la cura de afecciones crónicas y en la salvación de cientos de miles de vidas en el mundo, por lo tanto, no debemos dejar un fármaco por un remedio natural sin consultar al médico.

Dejar un tratamiento a base de antibióticos es muy contraproducente, ya que los mismos están diseñados para erradicar las infecciones en un periodo concreto de tiempo; una vez que se interrumpe la ingesta se promueve la resistencia bacteriana y se reduce el efecto del medicamento por completo, en muchos casos, se requiere un antibiótico más fuerte capaz de destruir las bacterias del organismo.

Por su parte, las enfermedades cardiovasculares exigen un seguimiento muy estricto. Si un paciente no toma el antihipertensivo con regularidad está propenso a sufrir una hemorragia, un infarto o cualquier ataque repentino que le puede costar la vida. 

Los tratamientos para cuadros depresivos suelen ser los más abandonados; en casos críticos se agravan los síntomas de la depresión pudiendo gestar un intento de suicidio, por ende, la suspensión debe ser progresiva y con la ayuda de un especialista.  

Cuando incumplimos el tratamiento médico, aumentan las probabilidades de sufrir recaídas que se traducen en el deterioro de la salud y en gastos significativos. Algunas recomendaciones prácticas que sirven de apoyo son: escribir en la caja del fármaco las instrucciones detalladas, hacer una rutina habitual, organizar las medicinas mediante el uso de pastilleros, colocar recordatorios o notas en un lugar de uso frecuente. Finalmente, lo más importante es mantener la determinación y la voluntad de recuperar la salud.