16 Sep El estrés y los dolores musculares
¿Sientes dolor o tensiones en el cuerpo que no se alivian con nada? Las contracciones musculares y los espasmos son muy comunes, se trata de un padecimiento que incapacita temporalmente a millones de personas en la actualidad; 8 de cada 10 individuos se ven afectados en su vida diaria.
Los músculos se “agarrotan” o se contraen de forma involuntaria por muchas razones, las más comunes tienen que ver con el estrés, con lesiones deportivas y con la falta de movimiento físico. Una persona que trabaja cargando peso o pasa muchas horas frente a un computador es muy propensa a sufrir males musculares, no obstante, la indisposición puede tener su origen en la falta de potasio, magnesio y/o calcio en el organismo.
En muy pocos casos, los achaques musculares ponen en riesgo la vida de una persona. No se trata de una afección peligrosa, pero es una manifestación psicoemocional que disminuye la energía del organismo, afecta la calidad de vida y altera el estado de ánimo tras la aparición de síntomas como la apatía, la irritabilidad, la ansiedad y los trastornos del sueño.
La psicología de los dolores generados por estrés son complejos de sobrellevar, si el paciente al sentirse cansado permanece en cama y abusa de los calmantes, la condición empeora, por el contrario, es necesario seguir activo, no abandonar rutinas y mantener una actitud positiva frente a la vida. Respirar adecuadamente es esencial motivado a que el decaimiento físico es la consecuencia de un tórax reprimido en sus movimientos.
¿Por qué duelen los músculos?
Son tejidos que se estiran o se contraen, pero si permanecen en tensión constante se rigidizan, dejan de recibir oxígeno, flujo de sangre y duelen. Las preocupaciones se reflejan casi de manera inmediata en la mandíbula, en los ojos, en el cuello, en los hombros y en aquellas zonas como la espalda, en donde recibimos múltiples estímulos de acuerdo a la percepción que tengamos de la vida.
¿Por qué los dolores musculares se agudizan con el estrés?
Las afecciones musculares afectan más a individuos con personalidades perfeccionistas y nerviosas que llevan un estilo de vida basado en el trabajo, en tareas excesivas o muchas responsabilidades. Los estados de alerta generan ciertas hormonas que aumentan la sensibilidad al dolor, entonces cuando se inflaman los nervios de la espalda duelen más de lo habitual.
El dolor es el resultado de un estado de salud en deterioro. Un primer paso para restablecer el equilibrio es relajarse canalizando la ansiedad y las preocupaciones. Realice un chequeo médico para determinar si se trata de dolencias por acumulación de cansancio u otra patología; en casa masajee la zona afectada, use compresas calientes y haga estiramientos, en ningún caso se recomienda el reposo prolongado en cama.
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