14 Oct COVID-19, una enfermedad multisistémica
En la actualidad, a casi un año de la aparición del SARS-CoV-2, el virus es reconocido como una enfermedad capaz de ocasionar inflamaciones, coágulos de sangre, debilitamiento generalizado y lesiones irreversibles que atentan contra la salud de la humanidad.
A pesar de los esfuerzos en las investigaciones, el COVID-19 sigue dejando fuertes secuelas. Cuando un paciente logra dar negativo tras estar hospitalizado, pero necesita seguir conectado a un respirador, el agravio causado a los pulmones y al sistema respiratorio es un hecho sin precedentes.
Los hallazgos recientes revelan que el virus también provoca problemas neurológicos. Los estudios acumulan poca data, pero cada día hay más casos de pacientes intubados con episodios de desorientación mental, delirios, agitación y comportamientos agresivos. Pareciera que la infección traspasa las defensas que protegen al cerebro y que la falta de oxígeno, son los posibles causantes de estos trastornos.
Otras manifestaciones menos comunes son las alteraciones en la dermis. Un porcentaje mínimo de individuos presentan sarpullido, erupciones y manchas rojas en la piel. En los positivos para el COVID-19, los síntomas se vinculan a la detección tardía y a la presencia de otras enfermedades subyacentes.
Finalmente, es un hecho que las personas más propensas a desarrollar cuadros severos, son las que sufren de hipertensión arterial, diabetes o algún tipo de afección respiratoria, no obstante, el diagnóstico oportuno es clave para atacar al invasor en su fase inicial, aseveran los especialistas.
Mientras algunos infectados se mantienen asintomáticos, otros han vivido la experiencia como algo traumático. El virus ya es considerado una enfermedad que puede hacer de las suyas con tu salud. Protégete promoviendo los buenos hábitos alimenticios, fortaleciendo el sistema inmunológico y las condiciones higiénicas necesarias.