¿Cómo combatir el estrés en Navidad?

Diversos estudios demuestran que a pesar de que la Navidad es una época propicia para disfrutar y descansar, los síntomas como el insomnio, los dolores de cabeza, la ansiedad y las tensiones musculares, aumentan en más de un 50% durante este periodo del año. La situación económica, el exceso de gastos, los compromisos familiares y una lista de “cosas por hacer” son algunos de los factores más influyentes.

La presión se hace presente por la idea que tenemos acerca de, ¿cómo debemos vivir la época decembrina? Los medios de comunicación bombardean las pantallas con mensajes de paz, alegría, esperanza y armonía, pero en la realidad, nos encontramos con un sinfín de experiencias humanas que no dejan de aflorar: las rupturas amorosas, los divorcios, los duelos, los conflictos no resueltos, el miedo y las depresiones.

Uno de los mitos más extendidos acerca de la Navidad, es vincularla solo con sentimientos positivos. “Ninguna Navidad es perfecta y cada quien debe vivirla como la siente, desde su autenticidad y según su realidad, afirman los psicoterapeutas. Si la situación económica no es la mejor y las personas se dejan llevar por el debeísmo, es evidente que aparecerá la angustia, si el escenario es la muerte de un ser querido, hay que vivir el duelo y poner afuera los sentimientos de tristeza. 

El estrés navideño se vive en una intensa emocionalidad pasajera, que afecta en mayor porcentaje a mujeres solas y a personas de la tercera edad. Son dìas en los que aumentan las discusiones, afloran los sentimientos de culpa, de soledad, la irritabilidad y hasta disminuye el deseo sexual. A veces, la gente pasa todo el mes con el sistema nervioso acelerado, con muchas tareas por hacer y no se dan cuenta de que la presión representa un riesgo para la salud.   

Nos encontramos con el temor sobre cómo afrontar los gastos: el regalo de los hijos, los preparativos, la necesidad de viajar y la publicidad que incita a las compras compulsivas, pero lo más importante es no abrumarse, evitar endeudarse y comprar a última hora; así como mantener los hábitos de ahorro, comparar precios y controlar la frustración si el presupuesto no da. Al final del día, es más preciado e importante hacer acto de presencia y demostrar afecto a los seres queridos.  

Muchos expertos aseveran que el estrés está muy cerca de la depresión, los intentos de suicidios se elevan en diciembre y a principios de año nuevo. La reflexión sobre la situación de vida es una constante, aparecen las crisis existenciales, los sentimientos de pérdida, el balance de los proyectos no alcanzados, y con ello, las cifras de individuos que se quitan la vida.

Todos estamos propensos a sufrir de estrés decembrino, pero con un poco de organización y consciencia, podemos propiciar el disfrute de estas fechas. A pesar de que es una época demandante, es necesario descansar, desconectarse de los compromisos sociales “obligatorios” y hablar con amigos y familiares acerca de las preocupaciones.

En esta Navidad, toma consciencia sobre los riesgos circundantes y asume una actitud responsable con tu salud y la de tu familia. Cuidado con el consumo de alcohol y el volante; la euforia decembrina se traduce en el aumento de accidentes de tránsitos, en el ingreso de personas a hospitales por quemaduras, intoxicaciones de todo tipo y riñas callejeras.