Comes y todo te cae mal ¿por qué?

A pesar de que la indigestión puede vincularse a procesos inflamatorios o infecciosos, los gastroenterólogos aseveran que detrás de estos casos hay un cuadro de ansiedad crónico o mucho estrés. “El descanso y la paz mental son claves para sobrellevar esta condición” afirman. 

El estómago tiene alrededor de 500 millones de neuronas conectadas al cerebro a través del nervio vago. De esta forma la ciencia explica, cómo una persona enamorada dice sentir mariposas en la barriga y por qué a un individuo le da diarrea antes de presentar un examen.

Los especialistas advierten que cuando los alimentos caen pesados, hay un problema de indigestión. El paciente llega a consulta con ardor, pero el malestar está presente en toda la zona abdominal. Hay dolor, estreñimiento, diarrea, gases, cansancio, mareos y sensación de llenura.

Los galenos aseguran que la condición mejora cuando el paciente cambia la dieta y aumenta la hidratación. La ansiedad ataca al individuo en todos sus frentes, de manera que hay que prestar atención a la pérdida de fluidos durante el día, llámese sudor, orina o heces.

El estrés puede hacer que una persona orine hasta 20 veces al día. Esta condición trae como consecuencia el mal funcionamiento de todos los órganos. Al expulsar mucho líquido se resecan todas las mucosas, entre éstas, la boca, la garganta y las vías digestivas.

Cuando los síntomas son crónicos y hay pérdida de peso, el paciente debe acudir a un especialista para descartar cuadros alérgicos, intolerancia a la lactosa o algún padecimiento orgánico. En casa es recomendable aumentar el consumo de agua, jugos, frutas y sopas para facilitar la digestión, así como evitar las comidas pesadas, picantes y grasientas.