29 Jul Covid-19 Hacer deporte, ¿con o sin mascarilla?
Las autoridades en muchos países han decretado el uso obligatorio del tapabocas para evitar la propagación del coronavirus, sin embargo, la Organización Mundial de la Salud aclara que hay algunas excepciones. Los deportistas, ciclistas y corredores no deberían usarlo, porque el cuerpo necesita más oxígeno cuando se practican ejercicios de alta intensidad.
En China, se han registrado casos de pacientes que llegan ahogados al hospital. Los médicos concluyen que los cubrebocas muy herméticos o gruesos, pueden comprometer la ventilación pulmonar durante un entrenamiento físico. El riesgo a que los órganos colapsen por falta de aire o que se produzca un trastorno cardiovascular, está latente. Así mismo, aseveran que la humidificación es otro factor en contra, porque al aumentar la secreción de fluidos, las personas se tocan más la cara.
Los síntomas que se han registrado son las asfixias, las puntadas en el pecho, los mareos y los dolores de cabeza, por eso los expertos aseguran que la solución es dejar libre la entrada de aire y la expulsión del dióxido de carbono. El ciclo de respiración es secuencial, por ende, inhalar y exhalar sin impedimentos, es lo que oxigena los músculos y da la energía para mantener los movimientos.
Las personas con antecedentes pulmonares, respiratorios o aquellos que necesiten protegerse por alguna condición particular, pueden usar mascarillas quirúrgicas con bordes laterales que faciliten la ventilación, entrenar en lugares poco concurridos o realizar la actividad sin salir de casa.
La medida de protección más apropiada para los deportistas, es la distancia física. Según las investigaciones, la posibilidad de contraer el virus en espacios abiertos es casi nulo y el tiempo que coinciden dos individuos haciendo ejercicios, es de milésimas de segundo. La recomendación es mantener un distanciamiento mayor a 1.5 metros.
Mientras la gente busca la forma de adecuar sus rutinas a la pandemia, la Universidad de Oxford da noticias esperanzadoras. Una vacuna desarrollada en primera fase con éxito, produce anticuerpos que podrían ayudar a combatir el virus. Se espera que en los próximos días, miles de voluntarios en el Reino Unido reciban la dosis para ir comprobando su eficacia, pero aún queda mucho camino por recorrer antes de su aprobación.